sábado, 2 de abril de 2011

Ira y miedo en el teatro

El otro día salió una grabación que me sorprendió por la la intensidad de dos emociones que aparecen en la misma. Se trata de la irrupción de un espontáneo en una actitud muy agresiva y amenazante ante la actuación de un grupo de teatro.



Este vídeo nos va a servir para conocer un poco más de las dos emociones que podemos ver con claridad: enfado y miedo. Marcaré en cada signo de la emoción el segundo en el que podemos verlo.

Si vemos al hombre que salta al escenario, podemos reconocer aún sin tener que verle la cara, por su lenguaje corporal la intensidad del enfado que siente. El enfado es una emoción cuya utilidad evolutiva ha sido la de superar obstáculos. Esto hace que cuando nos enfadamos la sangre se concentre en nuestras extremidades superiores e inclinemos el cuerpo hacia adelante, mostrando signos de agresividad. Esto, en teoría, habría sido útil para superar obstáculos (en su mayoría físicos) en nuestro bagaje evolutivo.

El espontáneo vemos que se dirige a los actores con el cuerpo inclinado hacia adelante y moviendo los brazos lanzando objetos (3s), golpes al aire (4s) e incluso cogiendo una silla y haciendo ademán de tirársela a uno de los actores (7s). Es una pena no poder ver su cara, ya que sería un ejemplo muy bueno de expresión pura y de gran intensidad. Otro marcador obvio en este caso es el volumen de voz que utiliza, lo que nos da una idea de la intensidad de la emoción, así como el tono, que se hace más grave con el enfado.

Vamos a fijarnos ahora en los actores. Es una pena que lleven máscaras y que el vídeo no tenga mucha calidad, ya que podríamos ver expresiones de sorpresa en todos ellos. Esta es la más fugaz de las emociones, ya que no suele durar más de 1 segundo (si alguien se muestra sorprendido más tiempo posiblemente esté mintiendo) y suele ser el preludio del miedo en muchas ocasiones.

Vemos como el actor de más al fondo es el primero en reaccionar, ya que el espontáneo tira un objeto hacia donde él está (4s). un objeto aproximándose hacia nosotros es uno de los escenarios naturales en los que se dispara la emoción del miedo, que tiene como misión hacer que reaccionemos apartándonos de su trayectoria y poniéndonos a salvo.

Al contrario que en el enfado, en el miedo el cuerpo se echa hacia atrás, como podemos ver en el actor al que amenaza con tirar la silla (6s) y la sangre se acumula en las piernas para poder correr y huir. Vemos como las piernas de este actor pasan de estar relajadas a ponerse en posición para salir corriendo en dirección contraria al espontáneo de  manera instantánea (6s). Incluso después de desaparecer los espontáneos sigue andando en dirección contraria hacia la que se ha ido la amenaza (20s).

También podemos ver cómo otra de las reacciones del miedo es protegernos, poniendo los brazos y manos como barrera protegiendo la cara y el cuerpo (6s). Esto lo vamos también a ver en el lenguaje corporal, cuando una persona cruza los brazos delante suyo, así como el resto de reacciones (girar el cuerpo, echarse hacia atrás...).

Como habéis visto, lo que podemos aprender de este vídeo son dos cosas:

  • Es importante conocer los escenarios naturales que disparan las emociones, ya que estos nos van a dar pistas sobre como reacciona una persona ante las diferentes situaciones de la vida cotidiana. 
  • Las reacciones que generan las emociones en estado puro se pueden ver en una versión más maquillada y sutil en gestos y expresiones cotidianas, lo que nos va a ayudar a reconocerlas con más facilidad. 
¿Veis vosotros algo más en el resto de actores que no hemos comentado? ¿Detectáis miedo también en el espontáneo después de haber tirado la silla (quizás hacia su propia reacción)?

4 comentarios:

  1. Veo Veo!!! También de los 8s hasta 14 s. el segundo actor sentado en la barra, mueve los muslos de su pierna. Aunque esta intentando no moverse (pero de nada de nada) sus piernas se mueven, y están en tensión.

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  2. De hecho, quedarse quieto es otra de las reacciones del miedo. Por eso nos quedamos "paralizados" de miedo. La ventaja evolutiva sería la de pasar desapercibido ante una amenaza.

    Supongo que en este actor el escenario que dispara el miedo es el de un agresor, no el de un objeto que va hacia él, por eso se queda quieto. Pero tienes razón en que hay una diferencia muy clara entre los músculos de las piernas cuando está en reposo y cuando aparece el espontáneo.

    Muy buena observación!

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  3. El actor que se quita la máscara (una vez dejada atrás esa reacción defensiva y de huída) tiene un impulso rebelde al quitársela, de oposión; al despojar su cara de la máscara, se reivindica como opositor a la irrupción espontánea del cabestro amenazante, si bien es cierto que esta reacción sólo se produce cuando el peligro parece haber desaparecido.

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  4. Es muy interesante el hecho que comentas de quitarse la máscara. Yo creo que puede ser también para respirar mejor, ya que parece bastante agobiado.

    No veo un intento de enfrentamiento con el espontáneo, ya que en ese caso iría hacia él y no en dirección contraria, aunque puede que sí que parece enfrentarse con otro de los actores diciendo que así no puede continuar actuando.

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